Durante las últimas dos décadas ‘Yo soy Betty, la fea’ ha marcado un hito en la televisión colombiana al convertirse en el programa más visto y versionado en la historia de las telenovelas a nivel nacional.
El truco de su éxito, más allá de ser una historia de amor, podría estar en la cercanía con la realidad del diario vivir del trabajador colombiano y lo que sucede en su oficina. Ecomoda, la compañía en la que se desarrolla la trama, continúa siendo así el reflejo de la cotidianidad en las empresas, y, por qué no, de los errores o pecados en los que estas pueden caer.
Revisando la historia ideada por el libretista Fernando Gaitán, LR encontró un decálogo de pecados en la junta directiva de Ecomoda, entre los que se cuentan: corrupción, contratación de personal inadecuado, metas de crecimiento irrealizables y acoso laboral.
Sobre esto, uno de los principales consejos que dieron los expertos consultados es contar con proyecciones de crecimiento y una planeación empresarial real, pues tal vez el más grande de los pecados que cometió el protagonista de esta historia, Armando Mendoza, al hacerse con la presidencia de la compañía, fue trazar un plan de trabajo con cifras ficticias.
Sobre este punto, Luis Fernando Martin, director del PHD de Aden Business School, destacó que se debe hacer una revisión del crecimiento a nivel estructural, pues “una cosa es lo que a uno le gustaría que crezca su negocio y otra cosa es el entorno económico, del mercado, y del sector”, para lo cual también sería necesario “revisar la capacidad de riesgo a la hora de hacer inversiones, así como el retorno de capital esperado en un lapso específico”.
La corrupción es otro de los puntos sensibles que tocaron los analistas al estudiar la trama de la novela, pues en casi todas las decisiones mal tomadas, este factor fue el intermediario.
El vicepresidente financiero del Banco W, Rubens Héctor Sandoval, llamó la atención sobre este hecho, frente a la enseñanza que deja la telenovela sobre decisiones como maquillar los estados financieros. El experto resaltó que “estos temas de corrupción deben ser tratados desde la cultura al interior de las entidades y es un mensaje que va desde las cabezas de las organizaciones”.
Sandoval mencionó que la confianza es clave para que una empresa funcione no solo a nivel interno.
Fijar metas irreales e imposibles
El declive de Ecomoda inicia desde que, en el afán por responder con los mejores resultados, el presidente de la compañía, Armando Mendoza, se fija metas de crecimiento con cifras casi imposibles de lograr. Sobre este aspecto, Camilo Grimaldo, experto en coaching de Pyme y startups, destacó que un buen consejo es hacer la planeación por escenarios y etapas. “Esto ayuda desde el punto de vista estructural a tener cifras óptimas bajo diferentes condiciones y escenarios, por lo que se deben revisar no solo los planes de la empresa hacia adentro, sino el entorno total, el crecimiento de la economía y del sector económico”.
Contratación de personal inadecuado
Los seis semestres de Finanzas en la San Marino que dice haber cursado Patricia Fernández, antagonista de la novela, se convirtieron en un motivo de mofa a nivel nacional. Sin embargo, el hecho de contratar a personal no cualificado es uno de los errores más serios y críticos que cometen las compañías, así como el desaprovechamiento del recurso humano en áreas propicias. Este es el caso de Beatriz Pinzón Solano, que si bien cuenta con el perfil para un cargo gerencial, fue contratada como secretaria de presidencia. Conocer las habilidades de los empleados y ubicarlos conforme a esto es clave en el éxito empresarial.
Sacrificar calidad por reducir gastos
Beatriz Pinzón Solano es durante toda la trama una excelente financiera, sin embargo, su desconocimiento sobre el producto de la empresa la hizo caer en el vicio de sacrificar la calidad para reducir costos. Luis Fernando Martin, director del PHD de Aden Business School, destacó que en estos casos “se deben racionalizar los gastos que no sean estratégicos para el negocio, pero nunca deben afectar la cadena productiva y la calidad del producto”, pues impacta en la reputación de la compañía y en sus ventas. Así, deben revisarse otros frentes, como cerrar puntos de venta que no generen retorno o disminuir cargos ejecutivos y/o operativos de más.
Maquillar los balances financieros
Al haber fijado metas imposibles, el presidente de la compañía, Armando Mendoza, solicita a su secretaria, Beatriz Pinzón Solano, “maquillar” los estados financieros de la compañía. El vicepresidente financiero del Banco W, Rubens Héctor Sandoval, calificó el hecho como desafortunado, toda vez que “este tipo de conductas se deben evitar desde la propia mentalidad de quien desea emprender o lidera una compañía”. El experto resalta que este es un error fácil de detectar y sus consecuencias son “muy graves”, pues “lo más valioso que puede construir una empresa hacia el mundo de los negocios y de sus consumidores es la confianza”.
Abrir puntos sin estudio previo
En un aparte de la novela, y teniendo que adecuarse a las necesidades financieras, la compañía decide abrir nuevos puntos de venta, los cuales cuentan con poco estudio previo de mercado y sin la participación directa de la gerente del área, Marcela Valencia, que pese a ser antagonista, cuenta con el conocimiento al ser la directora de nuevos puntos. Martín, resalta que el pecado aquí está en abrir sucursales “sin tener en cuenta un estudio previo sobre el mercado, la intención de compra de los clientes, su poder adquisitivo y el flujo comercial de las zonas en las que se piensa instalar el nuevo punto de ventas”, pasos clave en este objetivo.
Crisis en el relevo generacional
“Una clave de oro en las empresas familiares es no contratar a su familiar solo porque él lo necesita, sino porque la empresa lo necesita. Alguien sin experiencia puede generar traumas a las firmas”, dijo Ricardo Arango, el presidente de la junta directiva de Ultraserfinco, una de las compañías familiares más exitosas del sector financiero local. El experto resalta que ese proceso de dejar a la empresa en manos de la propia familia no se debe dar de golpe y quienes integren la compañía deben pasar por un proceso de consecución de experiencia y formación. Lo contrario pasó en Ecomoda, pues Armando Mendoza releva a su padre en un cargo que desconoce.
Corrupción a diferentes escalas
Ecomoda muestra una realidad en la que sus protagonistas son altamente tolerantes con la corrupción. Tanto el presidente como su mano financiera, Mario Calderón, aceptan la corrupción con naturalidad con tal de cumplir los objetivos. Beatriz Pinzón Solano, quien es secretaria de presidencia, la acepta hasta un punto e intenta maquillarla. Al interior de la empresa, uno de los miembros de la junta directiva, Daniel Valencia, también es altamente tolerable a la corrupción, pues contrata a un exgerente financiero de Ecomoda (a quien echaron) para que lo mantenga informado. Sandoval destacó que este “es un tema de cultura, que se debe trabajar desde la cero tolerancia”.
Hacer mal uso de la figura de embargo
Ecomoda llega a su punto de quiebre financiero, su cupo de endeudamiento está bloqueado con el Banco Montreal y está a punto de ser embargada por sus prestamistas. Como consecuencia Armando y Beatriz idean una empresa de papel, llamada Terramoda, la cual puede absorber a Ecomoda, cubriendo así la deuda por medio de un embargo. Natalie Bernal, experta en derecho civil y comercial, resaltó que “pese a que esta es una jugada que puesta en el mundo real puede ser legal, si la empresa constituida cuenta con los recursos financieros y la capacidad de demostrar la asociación con la embargada, una auditoría externa podría determinar delitos graves”.
Contratar con proveedores ilegales
En diferentes momentos de la trama, la compañía se expone a proveedores de mercancía de contrabando, quienes ofrecen a los directivos insumos de menor costo pero de dudosa procedencia. En uno de los capítulos clave, una firma llamada Ragtela le ofrece a Beatriz más de US$80.000 para que un contrato les sea adjudicado. Pese a que la posibilidad no se dio en esta ocasión, la protagonista solicitó al interlocutor que se los consignara en una cuenta del exterior, un hecho que llamó la atención de los medios del país en ese entonces, por lo que algunos, incluso, le dedicaron editoriales a la temática, que los expertos califican de compleja y de la mano de la ilegalidad.
Acoso laboral y sexual en la oficina
Desde los primeros capítulos de la trama son evidentes diferentes relaciones de abuso con los trabajadores. Armando Mendoza es el reflejo del acoso laboral al maltratar a sus empleados con gritos e insultos. También destaca el personaje Saúl Gutiérrez, encargado de contratación, quien busca hacerse con los favores sexuales de las trabajadoras en un entorno machista. Rodrigo Camargo, médico psicólogo, explicó que estas conductas “pueden generar depresión, falta de compromiso del trabajador, desarticulación con la compañía y síntomas físicos como vómitos, dolores de cabeza y mareos en el trabajador víctima, que en la mayoría de los casos desafortunadamente es una mujer”.
Fuente: https://www.larepublica.co/