Muchos diarios de varios lugares del mundo reportaron la misma noticia.
Como Keith vive en Suecia, se entusiasmó… pero también se sorprendió de que a él no le hubieran avisado.
Y resulta que no es el único, a juzgar por muchas de las decenas de miles de comentarios en las redes.
«¡Me voy a vivir a Suecia!!!«, comenta Sandra Andersson en Facebook. «Pero espera… yo ya vivo en Suecia. No hay días laborales de 6 horas en mi trabajo, más bien de 9 y 10 horas la mayor parte del tiempo. Pero me dan café gratis para que no me duerma después de trabajar 6 horas».
«O se trata de un chiste o mi jefe es un chistoso pues soy sueco y definitivamente ni estoy ni voy a trabajar sólo 6 horas al día», dice Eric Bergman.
Así que mandamos a Keith a que cumpliera con sus 8 horas de trabajo completas investigando el caso.
Desilusión
Para chequear si Sandra, Eric y los muchos otros suecos que comentaron en las redes estaban trabajando más horas de las requeridas, nuestro corresponsal consultó a Kerstin Arlberg del departamento de Derecho Laboral de la Universidad de Estocolmo.
«Hay experimentos, pero no hay una tendencia general hacia los días laborales de seis horas».
«Lo que la ley dice en Suecia es que el tiempo de trabajo no debe exceder 40 horas a la semana, a menos de que sean necesarias horas extra, en cuyo caso el límite es 48 horas a la semana», aclara.
Así que, si estabas pensando emigrar a Suecia por esta razón, desempaca las valijas.
A menos de que…
…quieras trabajar en un hogar de ancianos de Gotemburgo, donde se está haciendo un ensayo para ver si se puede mejorar el cuidado de los que viven ahí así como las condiciones de los empleados.
Lo que hicieron fue reducir las horas de 80 enfermeras asistentes de manera que desde febrero pasado han estado trabajando esas 6 horas y recibiendo el mismo salario, como dicen los medios y las redes que sucede en toda Suecia.
El grupo de control son las enfermeras en otro hogar de ancianos que hacen turnos normales.
Los resultados preliminares del experimento muestran que sí parece haber una diferencia a favor las enfermeras que trabajan menos horas.
Una de las metas era mejorar el cuidado de los ancianos, y encontraron que estaban pasando más tiempo con ellos, llevándolos a caminar, jugando con ellos, leyendo más a menudo que en el otro asilo de ancianos.
Además, las enfermeras que trabajan menos horas dicen que se sienten más saludables, más alerta y calmadas que las del grupo de control.
Pero eso es un poco impreciso, así que quizás una medida más clara es que el número de días tomados por enfermedad en el grupo experimental fueron 15comparados con 31 del de control.
No es color de rosa para todos
A juzgar por este experimento, recortar las horas de trabajo es bueno para las enfermeras y los ancianos.
Sin embargo, imagínate el día: todos felices y mejor cuidados durante seis horas. ¿Qué pasa después? Las enfermeras no pueden irse y dejar a los ancianos sin nadie que los cuide.
La respuesta es contratar más enfermeras, lo que resultaría mucho más costoso para el dueño, si se trata de un negocio privado, o el gobierno, si es un servicio público.
Recuerda que a todos les pagarían el mismo sueldo que antes.
Esa fue la razón por la que estuvieron a punto de ponerle fin a este experimento y fue la razón por la que otro experimento en Kiruna, en el norte de Suecia fue cancelado (aunque este último funcionó durante 17 años antes de que decidieran cerrarlo).
Ahora y antes
Hay también compañías que implementan los días de 6 horas, como algunas tecnológicas y hasta un centro de servicio de Toyota en Gotemburgo, que redujo las horas de los turnos hace 13 años.
Al ver que los clientes estaban descontentos con las largas esperas y los mecánicos estaban estresados y cometían errores, el director general de entonces, Martin Banck, cambió los turnos de 7a.m. a 4 p.m. a dos jornadas y el mismo sueldo: de 6 a.m. a 12 m. y de 12 m. a 6 p.m., con menos y más cortos descansos.
Todos quedaron felices y las ganancias aumentaron en un 25%, de manera que el cambio se volvió permanente.
Sin embargo, hay un detalle crucial: se trata de lugares en los que no es necesario tener gente trabajando las 24 horas del día.
Por otro lado, la idea, aunque puede parecer nueva, tiene una larga historia.
«Hubo varios experimentos en el siglo XIX con diferentes número de horas de trabajo y examinaron las consecuencias», cuenta John Pencavel, profesor emérito de Economía en la Universidad de Stanford, Estados Unidos.
«Hubo un famoso ejemplo en los 1890 cuando el dueño de una fábrica de fundición de hierro en Manchester y el sindicato acordaron reducir las horas de trabajo de 54 a la semana a 48. El cambio en la producción fue trivial y, tras experimentar un año, ambos lados acordaron que el cambio debía ser permanente».
Ese éxito convenció al gobierno de la época de reducir las horas de otra fábrica en Londres, y en Alemania hicieron lo mismo en una de las grandes ópticas.
Pero muchos empleadores siguieron temiendo que reducir las horas, reduciría la producción.
A finales del siglo XIX, muchos trabajadores estaban cumpliendo las 54 horas.
Las guerras
El gran cambio llegó con la Primera Guerra Mundial, con las investigaciones hechas en las fábricas de municiones.
«La mayoría de los trabajadores eran mujeres y algunas estaban llenando las bombas con explosivos. El TNT les afectaba el hígado, les volvía las manos y el pelo amarillos y, en algunos casos, les causaba la muerte«, señala Pencavel.
«Desde el estallido de la guerra, la semana laboral había sido extendida a 70, 80, 90 horas a la semana, y había quienes se preguntaban si eso era realmente conveniente».
El gobierno estaba tan preocupado que formó una comisión de doctores y académicos para investigar. Parte del estudio se centró en las horas de trabajo y el nivel de producción y, a diferencia del estudio del siglo XIX, estas investigaciones se hacían con el rigor científico necesario.
El investigador principal era Horace Vernon, quien no sólo era una académico de la Universidad de Oxford sino que había trabajado en una fábrica de municiones.
«Encontró que cuando más se producía no era durante las semanas más largas, así que concluyó que reducir las horas no tendría mucho o ningún efecto negativo en la producción», dice el economista.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las horas tendieron a reducirse, y las investigaciones entre relación entre el trabajo, las horas y la producción quedaron en el olvido.
Por salud
Más recientemente, los estudios se han enfocado no tanto en la producción sino en la relación horas/salud.
«Muchas horas de trabajo ha sido asociado con declive cognitivo y enfermedades cardiovasculares», señala Pencavel. No obstante, estos estudios se refieren a personas que trabajan alrededor de 50 horas a la semana.
La pregunta es si reducir la semana laboral a 30 horas no es demasiado.
«Me sorprendería encontrar alguna organización que no se beneficie de los días laborales de 6 horas, pero me imagino que para algunas no sería apropiado. Cada una debe probar qué es mejor para ella», declara el economista.
Fuente: http://www.bbc.com