El concepto de “stakeholders”, que podríamos traducir como “ partes interesadas”, fue introducido en un Memorandum realizado por el Stanford Research Institute, en 1963, para identificar a aquellos grupos o personas que son de importancia vital para la existencia de una organización empresarial. De ahí, a su vez, la gran importancia de los stakeholders en toda empresa.
El término estaba orientado a desafiar la idea de que los accionistas (“shareholders”) no son los únicos a quienes la administración de la empresa debe tener en cuenta (de esto, podemos deducir que un stakeholder es un interesado en la evolución de la empresa, sin importar cuál sea su rol para con ella –cliente, empleado, proveedor, accionista–, etc.).
Hay que tener en cuenta los tipos y la importancia de los stakeholders
Una forma muy común de diferenciar los diferentes tipos de partes interesadas o “stakeholders” es tener en cuenta los grupos de personas que tienen relaciones con la organización. Concretamente los principales grupos de “stakeholders” que tenemos a nuestro alrededor son nuestros clientes, trabajadores de nuestra organización, comunidades locales y vecinales, proveedores y distribuidores, y accionistas, entre los más destacados. Pero también debemos tomar en consideración como “stakeholders” a los medios de comunicación, el público en general, competidores, organizaciones no gubernamentales y Gobiernos.
Esta lista de partes interesadas no está cerrada y puede variar debido a que el poder de dichos grupos es cambiante, por ello la gerencia de la organización es la que debe determinar subjetivamente la posición de cada stakeholder y la forma de interactuar con ellos teniendo en cuenta la importancia de los stakeholders. Aún así, siendo realistas, es casi imposible que la empresa pueda satisfacer las demandas en su totalidad de todos los“stakeholders”. Esto lleva a la empresa a realizar un acto de conciliación que supone centrarse en el grupo principal de “stakeholders” o intentar encontrar un punto medio para conciliar los intereses según su peso.
A partir del conocimiento de este concepto debemos pensar en un nuevo paradigma empresarial donde la empresa se comprende y se entiende desde la pluralidad de agentes que la afectan, que intervienen en ella y que se ven afectados por ella. Ineludiblemente la organización debe percatarse de la importancia de los stakeholders y preocuparse por su responsabilidad social, entendida en sentido ético, de la organización empresarial.
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