Desarrollar tareas en casa, distanciado de compañeros y jefes, exige reportar acciones y comunicar novedades con otra fluidez e implica desarrollar habilidades para mantener el buen clima laboral y reglas de convivencia para evitar malos entendidos y hasta situaciones próximas al mobbing.
El estrés propio del contexto de incertidumbre amenaza con profundizar tensiones y los especialistas recomiendan abordar el tema de manera integral.
Una perspectiva positiva es aclarar que la coyuntura crítica es un riesgo, pero no un determinante para un trato inadecuado. Así lo afirma Alexandra Manera, directora de Recursos Humanos una importante empresa. «El contexto no debería derivar en situaciones de ese tipo, pero eso no quita que puedan suceder», matiza. «Es un momento difícil: la inestabilidad laboral, el home office, las rutinas de la casa, de los hijos y las tensiones económicas se viven a diario», describe. Apunta que las dificultades son transversales a todos los roles, pero que los líderes tienen una responsabilidad adicional. «Tienen que incorporar la empatía y la flexibilidad en estos momentos», subraya.
Esta circunstancia también es nueva para quienes tienen tareas más estratégicas, lo cual supone adquirir nuevas destrezas. «El papel del líder es fundamental para contener e intentar facilitar el trabajo de sus equipos», dice. Y describe las acciones que pueden contribuir a destrabar o evitar situaciones negativas: «La escucha activa, la conversación y dejar espacios para dialogar es fundamental en la actual situación».
«El teletrabajo coloca frecuentemente a las personas en una suerte de dimensión atemporal», resume Elsa Wolfberg, vicepresidente del Capítulo de Prevención Cuaternaria, Psiquiatría Preventiva y Atención Primaria de la Salud de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa). Esta situación –destaca- se traduce en una extensión de la jornada laboral, por lo que recomienda poner un horario de comienzo y final de la permanencia ante la pantalla.
«Las personas se cargan de más trabajo y naturalizan esta situación, pero están más agobiados, más saturados y no sólo porque hay un plus de demanda, sino porque no tienen la alternancia del medio externo, no tienen los contrastes de entradas y salidas», añade.
«El trabajo remoto es mucho más que activar Zoom», dice Lorena Díaz Quijano, especialista en transformación digital y negocios digitales.
Díaz Quijano recomienda privilegiar la palabra hablada. «Cuando escribís en WhatsApp lo hacés como te sale y el otro pone la entonación, la puntuación y su energía», alerta. «Recomiendo audios por sobre textos, porque así la entonación, la puntuación, la pone el que envía el mensaje», completa. Y, puestos a elegir –dice- es mejor todavía un llamado y si se puede agregar cámara, mejor.
Sea bajo formato de audio, texto o con pantalla, lo que recomienda Manera es tener una sola vía de comunicación formal. «Es importante elegir un canal para comunicarse con el equipo y mantener la comunicación sólo por esa vía», resume.
Un flujo de mensajes correcto también debe enmarcarse en un trabajo coordinado. Es por ello que Díaz Quijano sugiere tomar la dinámica de las reuniones que contemplan las metodologías ágiles, una serie de técnicas enfocadas en ayudar a resolver problemas a los usuarios a través de trabajo colaborativo. Sobre este aspecto, propone un primer encuentro virtual al comienzo de la jornada laboral: en él debe reunirse a todo el grupo, resumir cómo resultó la actividad el día anterior y qué se hará en la actual. «Son diez minutos, no 40, y ayudan a sentir el espíritu de equipo, a confirmar que no somos individuos que trabajan separados», enfatiza.
Magdalena Fernández de Peón, responsable de Recursos Humanos de la desarrolladora de software GlobalLogic, coincide en la necesidad de encuentros de apertura y cierre. «Tener reuniones de 15 minutos al comienzo y al final del día sirve para marcar el inicio y el fin de la jornada laboral para todos», sintetiza.
Fuente: https://www.cronista.com/