La capacidad de liderazgo es una competencia muy valorada en la sociedad actual. En un mundo tan competitivo como el nuestro, resulta imprescindible ser capaz de guiar y motivar a los demás hacia la consecución de unos objetivos determinados, hacerles ver que los objetivos comunes son compatibles con los propios y la necesidad de adscribirse y darles cumplimiento.
En este aspecto, un nivel elevado de inteligencia parecería ser de gran utilidad para representar el rol de líder, ya que es fácil suponer que cuanto más inteligente es la persona más eficazmente desempeña el rol de líder. Pero ¿es esto realmente así?
Inteligencias importantes en el líder
La lógica y los datos obtenidos mediante diversos estudios dictan que la inteligencia general (medida mediante Cociente Intelectual) resulta de utilidad a la hora de establecer un liderazgo, puesto que un elevado nivel de inteligencia permite un mejor análisis situacional y consideración de alternativas.
Sin embargo, esta relación entre inteligencia y liderazgo eficiente se ha encontrado en una correlación entre pequeña y moderada. Por el contrario, es relativamente frecuente que aquellos que son considerados como genios en lo intelectual no resulten ser buenos líderes. Ello es debido a que tener habilidades intelectuales elevadas no garantiza que en situaciones críticas se posea la capacidad de sobreponerse y saber dirigir al grupo.
De hecho, en ocasiones una mayor capacidad intelectual puede producir resultados contraproducentes, produciéndose un liderazgo poco efectivo que termine siendo ignorado, en el caso de situaciones en que el líder tenga mucha más capacidad que los subordinados.
Ello es en parte debido a la distancia emocional que crea la diferencia entre capacidades así como al hecho de que al ser la inteligencia un constructo general que hace referencia a un conjunto de capacidades, no tiene por qué ser similar al conjunto de habilidades necesarias para liderar. Por ejemplo, poseer un alto CI no implica la capacidad de motivar y saber tratar a las personas bajo su cargo. Lo que realmente implica mayor efectividad en el liderazgo es la sensación de competencia y experiencia que tenga el líder.
Tipos de liderazgo
Los estudios llevados a cabo por diversos autores parecen demostrar la existencia de diferentes tipos de liderazgo dentro de un mismo grupo. Al margen de estas dos tipologías, según sea ejercido el poder se pueden encontrar diferentes estilos de ejercer el liderazgo (siendo uno de los más destacables el transformacional).
1. Líder centrado en la tarea
Líder centrado en el cumplimiento de objetivos y en la producción. Se trata de un tipo de líder que se especializa en la tarea a realizar, siendo un componente experto encargado de movilizar los recursos disponibles. Si bien elevan la productividad, la percepción de los trabajadores hacia él suele ser negativa.
Este tipo de líder puede tener una inteligencia académica y general muy elevada, más suele tener mala aceptación por parte de los subordinados, con lo que a pesar de elevar la productividad a la larga puede incrementar también la productividad no realizada.
2. Líder socioemocional
Este tipo de líder tiende a centrar su actuación en el empleado, consiguiendo el mantenimiento de una red de trabajo estable y funcional, estableciendo estrategias de colaboración entre empleados y ayudan a disminuir tensiones. Minimizan la productividad no realizada y suelen contar con mayor aprecio e información que otros tipos de líder.
¿Que hace que un liderazgo sea eficiente?
El investigador Fred Fiedler elaboró lo que se conoce como modelo de la contingencia, según el cual la efectividad del líder está determinada por el estilo de liderazgo y el control situacional. Este último elemento depende de la estructuración de la tarea, el poder del líder y su relación con los subordinados, siendo este último el elemento de mayor relevancia a la hora de producir un efecto sobre la efectividad del liderazgo.
Los líderes centrados en la tarea resultan de gran utilidad en situaciones en que el control situacional es muy bajo o muy alto, mientras que en situaciones intermedias parecen funcionar mejor los líderes socioemocionales. Esta diferenciación deja ver que no hay un liderazgo más eficiente que otro, sino que el tipo de liderazgo más indicado va a depender del tipo de actividades y las características de actividad, empresa, objetivo, líder y personal.
La inteligencia aplicada al liderazgo eficaz
Como se ha mencionado anteriormente, para que un liderazgo sea considerado eficiente se hace fundamental tener en cuenta el tipo de relación que se mantenga con los subordinados, ya que la relación líder-subordinado no deja de ser un vínculo interpersonal.
En este sentido pues, la inteligencia general no resulta tan relevante como una de las diversas inteligencias múltiples, la inteligencia emocional y la inteligencia interpersonal, las cuales resultan mucho mejor predictoras de liderazgo eficiente que la medida de la inteligencia general.
Un líder carismático y con un elevado nivel de inteligencia emocional va a mostrar una capacidad notable de comunicarse positivamente afectando a la emotividad del trabajador. Esta capacidad le permite colaborar con los subordinados para ayudarles a tomar decisiones, hacer ver la actuación de cada uno como necesaria y contribuir a hacer ver la necesidad de cambio de actitudes y creencias a partir de la regulación emocional y la empatía.
Sin embargo, aunque este tipo de inteligencia es fundamental para un buen liderazgo, el tipo de inteligencia que mejor predice el éxito de un líder es la inteligencia social. Este tipo de inteligencia hace referencia a la capacidad de entender, participar y gestionar las situaciones sociales, tanto formales como informales, así como de ser capaz de visualizar y profundizar en las perspectivas ajenas. Permite asimismo influir en otros.
A pesar de todo lo anterior hay que tener en cuenta que el nivel de inteligencia, tanto la social y emocional como la general, resultan una ventaja de cara a establecer un liderazgo claro, efectivo y eficiente.
Conclusión
En definitiva, la inteligencia tiene un papel relevante en el establecimiento y mantenimiento de un liderazgo positivo y funcional. Especialmente relevantes resultan en este aspecto la inteligencia social o interpersonal y la emocional.
Sin embargo, la presencia de capacidades intelectuales elevadas no implica per se un mejor liderazgo, sino que efectividad del líder va a depender de muy diversos factores, derivados tanto del líder como del personal, actividad y situación, siendo de hecho mejor predictor de éxito la experiencia del líder en el manejo de las diversas situaciones.
Fuente: www.psicologiaymente.net