¿Has encontrado un nuevo empleo?, ¿por fin has conseguido ese puesto que tanto deseabas o has obtenido nuevos clientes si eres autónomo?, desde aquí te damos la bienvenida, pero no te creas que ya lo tienes todo hecho. A partir de ahora tendrás que demostrar tu valía y tu grado de profesionalidad. Por si no lo sabías, los primeros meses en un nuevo trabajo son fundamentales para asentarte en ese puesto. Si lo haces bien el éxito estará más que garantizado. ¿No sabes cómo actuar en estos meses iniciales?, no te preocupes, ahora te explicamos algunos hábitos que debes adoptar para conseguir ser un referente en tu nueva empresa.
Plantéate objetivos e intenta alcanzarlos
Una vez entres en tu nueva empresa, una de las primeras cosas que debes hacer es elaborar una lista con los objetivos a los que quieres llegar. Es esencial que estas metas sean alcanzables, olvídate de las cosas utópicas o complicadas por el momento. Recuerda que estás empezando, así que debes ir con pies de plomo. Si ya tienes tus objetivos bien definidos, no olvides repasarlos casi de forma diaria. Analiza cómo estás actuando, cuál es el camino que has elegido para alcanzar dichas metas y sé crítico contigo mismo. ¿Lo estaré haciendo bien?, ¿qué puedo mejorar?, son preguntas fundamentales que debes ir repitiéndote para superar todos los retos que te has planteado previamente.
Busca soluciones siempre que puedas
Cuando llegas a una nueva empresa seguramente te encuentres con numerosos problemas. Quizás el método trabajo de esta entidad no te convence del todo o simplemente estás acostumbrado a desarrollar tus tareas de diferente manera. ¡No pasa nada!, no todas las empresas trabajan igual y es por ello que no debes centrarte en realizar críticas o hacer comparaciones, porque eso sería tu perdición. Lo mejor que puedes hacer al respecto es ser una persona proactiva, demostrar claramente todo lo que comentaste en la entrevista que te hicieron y ante los problemas… ¡soluciones! Piensa de forma independiente y plantea todo lo que se te ha ocurrido a tu equipo e incluso a los jefes. La mejor manera de calar en una nueva empresa es mostrarte ante todo positivo y con ganas de sacar todo el trabajo que se pueda adelante.
Tu estilo de vida te marcará en el trabajo
Por mucho que seas un auténtico profesional y te guste el trabajo que desarrollas, en muchas ocasiones puede que no rindamos tanto como podemos. ¿Por qué?, la verdad es que en estos casos el estilo de vida que llevemos incidirá de forma notable en nuestro trabajo diario. Los expertos aseguran que durante los primeros meses en una nueva entidad los empleados tienden a adoptar hábitos de vida más saludables y este hecho hace que seamos mucho más productivos y aumentemos nuestro rendimiento. Por ejemplo, puedes realizar más ejercicio físico, dejar a un lado vicios nocivos como el tabaco o incluso comer de forma más saludable. Son pautas de vida que te ayudarán mucho en tu nueva andadura.
Ser más sociable es algo que nunca falla
Cuando llegas a una nueva empresa te asignan un equipo de trabajo. Seguramente estarás sentado junto a otros compañeros y claro está las relaciones con tus compis más cercanos siempre suelen ser muy buenas pero, ¿conoces a todos los demás empleados que están en la empresa? En muchas ocasiones, las entidades son bastante grandes y no sabemos quién está detrás de otros departamentos. Una vez hayas establecido esas relaciones con tus más cercanos, es el momento de ampliar dichas relaciones e ir conociendo poco a poco a los demás empleados. Un café, un evento o incluso una reunión pueden ayudarte a lograr este objetivo.
Darte a conocer en las reuniones
A veces puede que las reuniones nos den un poco de vértigo, sin embargo debemos mentalizarnos de que son una excelente oportunidad para darnos a conocer. ¿Cómo?, muy fácil. En una reunión de trabajo podemos demostrar todo lo que valemos y hacer ver a nuestros jefes que hicieron la mejor elección a la hora de contratarnos. Es importante que mostremos cuál es nuestra experiencia en el sector en el que desarrollamos nuestra actividad, al igual que también es fundamental que ofrezcamos nuestro punto de vista. No le tengas miedo a las reuniones, participa en ellas desde las primeras semanas que te encuentres en tu nuevo puesto.
Los jefes no son malos
¿No quieres cruzarte con tu jefe? ¡error!, ni te imaginas lo valioso y enriquecedor que puede llegar a ser hablar con él. De esta forma mostrarás cómo eres y por supuesto la profesionalidad que tienes. Date a conocer en los primeros meses que estés en la empresa y seguro que así sacarás siempre cosas en positivo. Además, debes intentar siempre comprender la visión del líder de la entidad y analizar cómo puedes llegar a un punto de entendimiento fácilmente. Entiende qué es lo que verdaderamente les importa y haz todo lo posible por alcanzar una simbiosis perfecta. De igual modo, algo parecido debes hacer con el CEO de la entidad. Si encuentras un buen entendimiento el éxito estará más que asegurado.
Invierte en tu motivación
Seguro que muchas veces mientras te encuentras en tu puesto de trabajo has pensado que muchas de las tareas que realizas son aburridas o que directamente no te aportan nada. Lo peor de todo es que pensamos que esas tareas que tan poco nos motivan son las que nos hacen perder más tiempo. ¿Estamos en lo cierto?, para nada. Para evitar caer en esta rutina lo que debemos hacer es analizar en qué invertimos nuestro tiempo durante nuestra jornada laboral e intentar organizarnos para ocupar el menor tiempo posible en esas tareas que tan poco nos gustan y ser mucho más productivos en las otras que nos satisfacen. De esta manera realizaremos todo el trabajo que nos mandan y encima no nos desesperaremos.
No te olvides de lo que dejas atrás
Lógicamente, cuando se llega a una nueva empresa estamos comenzando una nueva andadura, pero esto no quiere decir que debamos olvidarnos de todo lo que dejamos atrás. Seguramente tengas un pasado laboral y, en vez de olvidarte de tu antigua empresa y compañeros, debes hacer todo lo contrario: siempre tenerlos en mente. ¿Por qué?, reavivar las relaciones con tus anteriores compañeros de trabajo puede enriquecerte muchísimo como persona y como profesional. Habla con ellos de tu nueva experiencia, intercambia información y adquiere un mayor conocimiento para mejorar en tu nuevo puesto. Recuerda que todo lo que puedas obtener de más va a ser positivo para tu nueva aventura, así que siempre en la medida de lo posible intenta tener todo esto muy presente.
Nunca digas no
Finalmente, es importante que entiendas que en los primeros compases que des en tu nueva empresa, es fundamental que te muestres siempre dispuesto a todo, incluso cuando las situaciones creas que no las puedes controlar. Si te ofrecen una oportunidad… ¡tómala!, este positivismo siempre va a ser perfecto para que sigas creciendo en la entidad. Ya habrá tiempo de pensar bien todos los movimientos que vas a llevar a cabo para realizar tu tarea, pero lo primero es mostrarte con ganas de enfrentarte a cualquier situación o rol que te ofrezca tu nueva empresa. No lo pienses, y aventúrate, recuerda el refrán que dice… ¡quién no arriesga no gana!