Hace apenas una temporada, el veterano mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas, Tony Romo, se veía relegado a la banca por el buen desempeño de un novato.
El joven Dak Prescott tomó la titularidad y no la volvió a soltar; Romo optó por el retiro y lo resumió todo en una frase: “esto es una meritocracia y Dak Prescott es el mejor ejemplo”.
Los equipos de la NFL son, a fin de cuentas, empresas como cualquier otra: también funcionan gracias al buen o mal desempeño de sus diferentes áreas y, al igual que en un negocio, quien demuestra mayores aptitudes es quien se queda con la chamba.
“Actualmente, lo que se busca son competencias y habilidades, un expertise, por ejemplo. Se trata de un cambio en los procesos para que las empresas se adecuen a la realidad y a la fuerza laboral millennial, que viene empujando cada vez más fuerte”, dice Leopoldo Ramírez, director general de Laboral 360°.
La experiencia laboral parece caducar en los requisitos para obtener una plaza, ascender en una empresa u obtener algún beneficio sobre otros aspirantes.
El estudio “DNA Millennial”, realizado este año por la reclutadora internacional Hays, destaca que una de las principales preocupaciones de las nuevas generaciones es que la remuneración depende más de los años de experiencia, o de la edad, que de las aptitudes y valía real del trabajador.
Sin embargo, la experiencia queda cada vez más relegada, de acuerdo con Erandeni Hernández, directora general de DRHEM, que ofrece asesoría en los servicios de Recursos Humanos.
“El concepto ha cambiado mucho, ahora se trata de diferentes enfoques. La experiencia laboral ahora pide que la gente produzca –antes esto no importaba–, que las personas logren relacionarse bien, que reflejen un equilibro adecuado con su vida personal. Hay varios factores de bienestar que están gestando numerosas organizaciones y que van más allá de la simple experiencia laboral”, zanja Hernández.
Los especialistas, que fueron parte de la más reciente edición de Expo Capital Humano, compartieron algunos puntos que ya ganan terreno con respecto a la simple experiencia laboral, la cual, en poco tiempo, dejará de ser factor clave para numerosas oportunidades de trabajo y crecimiento.
1. Capacidades tecnológicas: los millennials tienen la gran ventaja de dominar la tecnología mejor que nadie, y es en ese terreno en donde le ganan puntos a la experiencia laboral. “Además, la gente de las nuevas generaciones tiene la facilidad de enseñar a usar estas herramientas y ofrece propuestas para mejorar la productividada través de ellas”, dice Hernández.
2. Acutalización constante: aunque la experiencia laboral es un aspecto que se toma en cuenta para determinar algún movimiento en la empresa, la falta de actualizaciónen el personal puede ensombrecer incluso la trayectoria del decano. Aquí es donde los más jóvenes también se adelantan, pues cuentan con mayores recursos para acceder a especializaciones (con cursos en línea, por ejemplo) y están más interesados en aprender idiomas, realizar posgrados o tomar algún otro tipo de actualización.
3. Empresas desfasadas: los procesos de reclutamiento no sólo van ligados a una tendencia general de los proyectos empresariales, sino con los resultados que se esperan de cada uno de ellos. Las empresas tradicionales se ven cada vez bajo una mayor presión por transformarse ante la competencia de mercado. “Las empresas que no adopten un reclutamiento en el cual se tomen más en cuenta las aptitudes que la experiencia estarán limitando su línea de vida, pues el capital humano es el primero que debe integrarse a las nuevas dinámicas”, explica Ramírez.
4. La era de los resultados: con la transformación tecnológica también ha llegado la era de los datos. Prácticamente cada acción se puede medir en resultados y compararse entre colaboradores, departamentos y empresas (la competencia); debido a esto, la experiencia laboral ahora no sólo debe reflejarse en un número de años, sino en unadiversidad de cifras de resultados.
5. Nuevas habilidades: el ingreso disruptivo de nuevas generaciones no sólo al mercado laboral, sino al mundo de los consumidores, ha derivado en una nueva lista de habilidades conocidas como “soft skills”. Estas habilidades blandas, como la comunicación, la empatía o el trabajo en equipo, serán tan importantes en el currículum como los años de experiencia, que no necesariamente aportan estos comportamientos.
Fuente: https://www.altonivel.com.mx