Las prisas no son buenas, y menos aún cuando se trata de la gestión de una empresa. Es preciso que los nuevos CEO dediquen su tiempo a reflexionar sus decisiones y no impacientarse.
Es sabido que no existe una receta para alcanzar el éxito, y menos cuando se está al frente de una empresa (y todo lo que conlleva); aún así hay muchas formas de mejorar las posibilidades de lograrlo. Una de ellas es formar a los que serán los encargados de la gestión y la dirección de la compañía; es decir, los CEO.
Si bien su figura es clave para que una empresa vaya por la senda del triunfo, la mayoría de ellas descuidan la preparación de los que en un futuro serán los directores ejecutivos de la compañía. Pese a este hecho, si el CEO emplea parte de su tiempo en contestar una serie de preguntas fundamentales al principio de estar en el cargo, aumentará considerablemente las posibilidades de éxito pues habrá identificado la situación de la empresa y no se precipitará, por ejemplo, en la toma de decisiones.
¿Estamos ganando?
¿Tengo una estrategia ganadora?
¿Cuáles son mis verdaderos puntos fuertes como líder y qué necesito del resto de mi equipo?
¿Tengo un equipo ganador?
¿Estamos entregando una propuesta de valor para el cliente superior de la manera más eficiente posible?
¿Tenemos las capacidades adecuadas para ganar en el futuro?
¿Cómo queremos administrar la empresa?
Fuente: https://forbes.es/