Mentir, incluso cuando se trata de una mentira «blanca» o piadosa, es siempre la peor elección que puede hacer un candidato que participa en una búsqueda de empleo.
No decir la verdad en una entrevista de trabajo, puede dejarlo fuera del proceso. Pero a la vez, si miente para conseguir un puesto en una organización, habrá condenado el resto de su carrera.
También un reciente análisis de ABA English recoge que un 20% de los españoles reconoce que exagera en el cara a cara previo a acceder a un empleo; y otro estudio de Carrerbuilder España confirma que una cuarta parte de los candidatos miente intencionadamente.
Las habilidades, las responsabilidades laborales, la duración de los trabajos anteriores, los puestos y los títulos académicos integran, por este orden, el ránking de las mentiras más habituales.
Para que nada tome a los candidatos por sorpresa, estas son algunas de las preguntas que lo tentarán a caer en la mentira fácil, en una «gran patinada» que no le dará un empleo.
– ¿Cuáles son sus referencias?
Simplemente enumere aquellas empresas o proyectos en los que trabajó. No importa si son muchos o pocos. Mencione los que más le aportaron, sin dejar de lado alguna mala experiencia que lo reforzó como profesional.
Si fue despedido, con o sin razón, explíquelo. Sincérese lo justo, haciendo una exposición de los hechos sin emitir ni un solo juicio de valor, puede traicionarle el subconsciente.
– ¿A qué sueldo aspira?
Lo normal es acudir a la entrevista con la lección aprendida, es decir, saber cuál es el sueldo de mercado que se maneja para el puesto al que aspira.
Si los nervios propios de la situación lo sobrepasan, confiese lo que ganaba en la anterior empresa y su deseo de mejorar un poco.
Todo sin caer en la tentación de decir una cifra superior a la que ganaba. El reclutador fácilmente puede averiguar si miente o no.
– ¿Cuántos idiomas habla?
Se trata de hablar y todo lo que ello implica, no consiste en leer o comprender. Si miente corre el riesgo de «patinar» si el primer día tiene que mantener una conversación con un cliente o un jefe en un idioma que no es el suyo. Perderá el puesto antes de demostrar todo el potencial por el que fue contratado.
– ¿Con quién le gustaría trabajar?
La adaptación y la resiliencia son dos de las capacidades estrella que más valoran los reclutadores. Conseguir trabajar a gusto es algo que depende de usted, no del resto.
Si es de los que prefiere ser autónomo en su trabajo, no mencione a una persona colaborativa como compañero ideal.
Fuente: http://www.iprofesional.com