Si quieres convertir tu empresa en el mejor lugar de trabajo, tendrás que ayudar a crecer a tus empleados, que entreguen lo mejor de sí mismos, que trabajen como familia y sobre todo que se sientan plenos. Si quieres convertir tu empresa en el mejor lugar de trabajo, tendrás que ayudar a crecer a tus empleados, que entreguen lo mejor de sí mismos, que trabajen como familia y sobre todo que se sientan plenos.
Comienza con unas preguntas, ¿cuál es la peor empresa en la que has trabajado?, ¿el peor jefe que has tenido? Seguramente te hacían trabajar horas extras sin recibir una recompensa, no te tomaban en cuenta, te subestimaban, no había oportunidades para crecer, el jefe solo te daba ordenes, la relación con tus compañeros era pésima y nunca fuiste feliz. Lo peor es que aborrecías en silencio y nadie protestaba.
Eso es precisamente lo que tus empleados no quieren de ti como líder. Sin embargo, este problema suele darse en cualquier tipo de empresa sin importar su tamaño. ¿Por qué sucede? En muchas ocasiones el jefe no tiene claro su rol como líder: ayudar a los colaboradores a encontrar su talento, ponerlo al servicio de la empresa y que brillen por sí solos en lugar de esclavizarlos, explica Paulo Preciado, director nacional de Formación y Desarrollo de Great Place To Work.
Además, la situación se complica si el líder no inspira a sus colaboradores, señala Preciado. No se refiere a que lo vean como un dios o un superhéroe, sino a la manera en que les hace saber la razón por la que su trabajo es importante en la empresa. Y por si fuera poco, otro de los errores que cometen los líderes empresariales es que no escuchan a su equipo. “Deben aprender a escuchar, ser accesibles y permitir que la gente se acerque a ellos para compartir información”.
Si caes en estas fallas, tus empleados pueden salir corriendo, y peor aún, hablarán mal de tu gestión como jefe y de lo dañino que puede ser trabajar en tu empresa. Por eso tu meta es, “contribuir al florecimiento o desarrollo de las fortalezas de los colaboradores para lograr su plenitud y que sean felices en el espacio de trabajo”, dice por su parte Santiago Vázquez, director del Instituto de Liderazgo del Tec de Monterrey.
Este es un cambio de paradigma, pues Vázquez explica que en el siglo XX la importancia y fuerza de un líder se medía con base en la cantidad de seguidores que tenía. En la actualidad, esto ha cambiado, pues “las nuevas generaciones como la millennial y centennial ven a un líder como alguien que sirve a los demás en lugar de servirse a sí mismo”.
Qué esperan de ti
Estas dos generaciones, que actualmente conviven con la generación X (nacidos entre 1965 y 1976) en los equipos de trabajo y son las más difíciles de retener en las organizaciones, advierte Ángeles Muñoz, fundadora y directora de operaciones de niRHo, empresa especialista en capital humano.
Mucho se ha dicho que estos jóvenes son poco tolerantes a la frustración, que pueden salir corriendo cuando tienen un problema y que cambian de trabajo si hay algo en la empresa que no los hace sentirse plenos. Al respecto, la experta reconoce que son personas que necesitan sentirse motivadas e incentivadas para quedarse en una organización.
Considera que en realidad se trata de un problema de rotación y que esto obliga a las empresas a tener constantemente planes de desarrollo y de trabajo tanto humano como técnico para conservar al talento, y tomar de ellos el dinamismo y la flexibilidad con que enfrentan los problemas.
De hecho, comenta que los millennial están volteando a ver la conducta de los centennial, pues estos rescatan los valores familiares, los principios y los cuidados hacia el lado humano de las personas. ¿Qué puedes hacer para atraer talento y que todos los integrantes de tu equipo se sientan plenos, motivados y que no pierdan el deseo de seguir trabajando en tu startup?
Preciado, el colaborador considera a una empresa como una buena opción laboral si los jefes le generan confianza, se siente orgulloso de lo que hace y hay compañerismo.
En realidad lo que buscan es que sus líderes sean competentes y congruentes, que se comuniquen adecuadamente, que lo respeten y valoren.
Además, que lo inviten a colaborar en las proyectos más exitosos, que se tomen decisiones justos, que no haya favoritismo y que las oportunidades sean para todos.
“Cuando el líder se enfoca en desarrollar el talento humano, en agradecerles sus contribuciones y en cuidarlos como personas, entregan lo mejor”, dice Preciado. Y cuando celebra los logros del grupo, de la empresa, los hacer sentir bienvenidos, y comparte lo que se genera entre todos, entonces el efecto que se produce es el trabajo en equipo como familia.
Generalmente los empleados renuncian porque los intereses de la empresa no son compatibles con los de la persona, y no encuentran su verdadero futuro o razón de ser, señala por su parte Muñoz. Prefieren un espacio en donde se sientan libres y felices, con retos para superarse, que trabajen de manera flexible, cómoda y práctica, en donde la comunicación sea rápida y sin protocolos.
Por esta razón, dice Vázquez, es importante inspirarlos, darles confianza, ayudarlos a crecer y entenderlos. Cuando eso pasa, las posibilidades de que prefieran tu empresa aumentan radicalmente. Recuerda: “las personas no abandonan sus empresas, abandonan a sus líderes”.
Para que esto no te pase, Preciado sugiere que lleves a cabo tres funciones en tu papel de líder: hacer que las personas logren los objetivos de la organización sin esclavizarlos, que entreguen lo mejor de sí y que trabajen unidas como equipo y familia. Son tres aspectos que generan un ambiente de trabajo sano y productivo, y que Great Place To Work evalúa en las compañías para determinar cuáles son las mejores para trabajar.
Tu misión como líder es ayudar a tus colaboradores a encontrar su talento, ponerlo al servicio de la empresa y hacerlos brillar / Ilustración: Javier Ramos
Cómo ser un buen líder
Dirigir un equipo no es una tarea sencilla de lograr, pero existen seis competencias que puedes desarrollar para desempeñarte de la mejor manera. Estas te ayudarán a convertirte en el mejor capitán del barco y ser capaz de mantener a salvo la tripulación, incluso cuando tengas que navegar en aguas profundas. Analiza los siguientes consejos que te traemos.
1. Sé consciente de ti mismo y del entorno. Un buen líder conoce sus propias emociones y fortalezas, pero también las de sus colaboradores. Además, emprende acciones con sentido responsable y con el fin de brindar un servicio que genere el bien común a la sociedad.
2. Confía en el equipo. Tienes que transmitir a los colaboradores positivismo, optimismo y esperanza para conseguir los objetivos pese a cualquier crisis o dificultad. Debes creer en sus capacidades y en que juntos podrán llegar a la meta.
3. Agradece y reconoce el esfuerzo. Recuerda que los éxitos de la compañía son el resultado de la suma del trabajo y empeño de cada uno de los miembros del equipo. También tendrás que orientar al equipo a encontrar la trascendencia y la gratitud por lo que hacen; eso les ayudará a tener más energía.
4. Levántate, aprende y sigue. Los buenos líderes tienen la capacidad de recuperarse después de la adversidad y entienden que el infortunio no es evitable y que la incertidumbre forma parte del día a día. Vázquez advierte que muchos jóvenes, sobre todo millennial, no están acostumbrados a tolerar la frustración y esperan que los resultados sucedan de forma inmediata.
5. Entrégate de forma extraordinaria. El compromiso es fundamental para hacer que las cosas sucedan; esfuérzate y trabaja con vigor. El equipo no espera a un líder que no está dispuesto a hacer más esfuerzo que los demás. Un buen líder brinda apoyo, ayuda a las personas, para dar energía, y para hacer ese esfuerzo extra.
6. Sirve a los demás. Eres la cabeza del equipo, pero también forma parte de este y tendrás que involucrarte en las actividades de la empresa. No intentes ganar autoridad imponiendo lo que se debes o no hacer. Sé flexible y empático, aprende a negociar, analiza y no olvides tratar a tus colaboradores como seres humanos.
Tipos de lider
¿Cómo dirigiste a tu equipo en el último mes? Quizá es momento de replantear tus prácticas para maximizar el potencial humano y generar un clima laboral que mejore el desempeño de los colaboradores y ayude a conseguir mejores resultados. Paulo Preciado, de Great Place To Work comparte cinco tipos de liderazgo. Identifica cuál se asemeja a tu estilo y las áreas que debes atender.
Líder no intencional. Es aquella persona que a pesar de no tener las competencias para crear una cultura de alta confianza, le es asignado el rol de líder y se responsabiliza de llevar al equipo al siguiente nivel.
Líder de prueba y error. Tiene un mayor nivel de consciencia de lo que tiene que hacer para generar mayor confianza, pero no ha desarrollado ni las prácticas y la naturalización metodológica. Muchas cosas le funcionarán y otras no. Sin querer puede dañar a la cultura organizacional de la empresa.
Líder transaccional. Es aquel que logra todo a través de intercambios y utiliza frases como “necesito que hagas un esfuerzo más y te pago tiempo extra, o necesito que me apoyes con esto y puedes tomarte la tarde libre”. Preciado señala que la mayoría de las empresas tienen este tipo de líder y que no está mal porque al final se logran resultados, pero advierte que este modelo no es replicable ni sostenible.
Buen líder. Es mucho más consciente de las prácticas exitosas y busca la manera de desarrollar y mejorar sus habilidades de liderazgo. Los resultados los verá reflejados en el negocio sin necesidad de que él mismo tenga que hacer una micro o macro administración.
Líder para todo. Tiene un mejor desempeño al implementar prácticas que favorecen a todos los miembros del equipo como ser inclusivo con las personas sin importar su edad, género, preferencia sexual o nivel en el organigrama. Además, es capaz de innovar para que la empresa siga creciendo.
Los equipos del futuro
La misión de los líderes empresariales se ha vuelto mucho más compleja en los últimos años, pues deben guiar sus organizaciones para enfrentar los cambios globales que se están dando con la aparición de nuevas tecnologías como la llamada cuarta revolución industrial.
Y es que en los próximos 20 años, según el copresidente del Foro Económico Mundial, Juan David Aristizábal, el trabajo en las organizaciones girará en torno a las tecnologías 4.0 como robótica, realidad virtual y aumentada, inteligencia artificial, ciencia de datos, entre otras más. De ahí la necesidad de que las empresas tengan talentos cada vez más preparados.
Muñoz explica que los equipos del futuro deben desarrollar nuevas habilidades y conocimientos que tienen que ver con la inteligencia emocional, la flexibilidad, y sobre todo, facilidad para adaptarse al cambio. Estas son tres competencias que los líderes deben buscar al contratar talento humano.
Al respecto, Vázquez dice que los líderes deben ser capaces de reinventar su organización a través de la innovación para no quedarse atrás en el mercado, pues las industrias seguirán evolucionando con productos, servicios y tecnologías cada vez más sofisticadas. Por eso es importante prepararse con anticipación para responder a los cambios que se avecinan en el futuro, y para esto solo “hay que interpretar la realidad del entorno y adaptarnos”.
Ya lo sabes, ser líder se trata de crear oportunidades para que las personas crezcan, desarrollen su talento, mejoren su desempeño laboral, aprendan, mejoren y brillen por si mismas, para que juntos lleven la empresa al siguiente nivel. Como dice Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, “el buen liderazgo demanda un cambio radical en nuestra visión del involucramiento colaborativo de cara al futuro”.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/