Ante un entorno empresarial cada vez más globalizado, surgen nuevas tendencias que modifican el funcionamiento de los mercados, las empresas y la economía. Dichos cambios también transforman las dinámicas del trabajo para los colaboradores, hasta llegar a los CEO, un escenario que requiere pensar en nuevas formas de liderazgo para resolver los desafíos futuros.
Más allá del talento y los conocimientos, ser un líder ejecutivo implica cultivar las competencias necesarias para ocupar este tipo de cargo. Todo esto va de la mano con la práctica y el desarrollo profesional constante, lo que permitirá identificar sus fortalezas y oportunidades de mejora para potenciarlas en el trabajo.
En cuanto a las habilidades que se requieren de estos ejecutivos, es muy importante que cuenten con los conocimientos técnicos sobre su área de experiencia y tener un amplio entendimiento sobre el panorama actual de la industria en la que se desempeñan. Esto les permitirá atender de manera efectiva los desafíos del mercado y las necesidades de sus clientes. Las habilidades blandas también son primordiales en el desarrollo de su gestión, dado que su capacidad de liderazgo, apertura, adaptación al cambio y trabajo en equipo le permitirán alcanzar sus objetivos.
“Hemos detectado una tendencia recurrente en donde las empresas que llevan mucho tiempo constituidas, tienen en su radar el talento con experiencia en el sector en el cual se desempeñan para sumarlos en su organización. Así mismo, existen compañías que pueden buscar el mejor candidato para ocupar una posición de liderazgo entre sus trabajadores, a su vez pueden comparar con otros perfiles fuera de la empresa para evaluar todas las opciones, lo cual es muy recomendable”, señala Felipe Franco, gerente senior de Spring Professional, empresa del Grupo Adecco.
El rol de un alto ejecutivo es fundamental para el desarrollo de las grandes industrias, profesionales capaces de trabajar en beneficio de la rentabilidad del negocio y su competitividad, así como en el desarrollo de un clima laboral óptimo de la organización. El dominio de conocimientos administrativos, financieros, de recursos humanos, comerciales y de marketing, entre otros, acompañado de metodologías en gestión de proyectos aportará un valioso beneficio en cuanto a costos, calidad y control para las empresas, también son una poderosa herramienta de gestión del cambio organizacional.
“Existen suficientes talentos para ocupar cargos de media y alta gerencia, pero más allá de pensar en cómo atraerlos a las empresas es importante evaluar en ellos su fácil adaptación a la cultura de la organización. Así mismo, es importante encontrar en estos ejecutivos el manejo efectivo de herramientas tecnológicas, al igual que el dominio de diferentes idiomas, los cuales pueden ser útiles para el mundo de los negocios. Además, debe ser un líder apasionado y preparado para atender los retos del futuro, los cuales suelen ser inciertos en los mercados actuales”, puntualiza Franco.
El panorama organizacional también demanda estar alineado con los retos de la cuarta revolución industrial, la cual conduce a las empresas a transformarse digitalmente para ser mejores en cuanto a productividad y competitividad. Esto no es ajeno al papel que cumplen los CEO, pues el constante desarrollo de sus habilidades y conocimientos tanto técnicos como profesionales les permitirá alcanzar el potencial necesario para crecer en lo laboral y lo personal.
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