El día antes de la entrevista, todo el mundo está un poco nervioso. Algunos están entusiasmados, otros están asustados. Estos son algunos consejos para superar los temores más habituales.
La noche de antes de una entrevista, lo tiene todo previsto: acostarse temprano, estudiar la empresa, etc. Con un poco de suerte, consigue dormir unas horas y sueña que aparece sin ropa en una sala de conferencias y que todo el mundo le señala riéndose. Es la manifestación del miedo a lo desconocido, el estrés, la angustia y la ansiedad. Pero, ¿a qué le teme tanto?
The Muse se lo ha preguntado a sus lectores. Y este es el resultado.
• El 36 % teme por la calidad de sus respuestas
• El 5 % teme por su vestimenta
• El 52 % teme quedarse en blanco
• El 7 % teme olvidar el nombre de alguien
De todas las personas que han participado en este sondeo, más de la mitad contestó que su peor temor era quedarse en blanco. En efecto, no hay nada más desalentador que no recordar las respuestas que se habían preparado con tanto esmero. Ahí estamos, con la boca abierta y… nada. Silencio absoluto en todo el cerebro. Es frustrante.
Sin embargo, ha llegado el momento de dejar todo esto atrás. Compartimos con ustedes algunos trucos para que esto no se produzca nunca más.
• Tómese un tiempo para pensar y asimilar lo que está pasando. No es que no tenga nada que contestar, es que los nervios le impiden concentrarse. Estas son tres frases que le permitirán ganar algo de tiempo: «Déjeme pensarlo y volver sobre el tema más tarde»; «Lo que me viene a la mente…»; «¿Puede explayarse algo más sobre el tema de…?»
• Si no sabe qué contestar, no dude en pensar en voz alta. Recuerde que los reclutadores hacen preguntas difíciles para evaluar cómo reacciona bajo presión. Quieren saber lo que pasa por su cabeza y cuál es su modo de pensar ante una dificultad.
• Si sigue sin encontrar respuesta, sea franco y confiese que no sabe. El reclutador quedará más impresionado por su honestidad y su humildad que con una mentira o una respuesta vacía y convencional.
Respire y mantenga la cabeza alta, el reclutador ha visto a gente mas nerviosa que usted. Si este momento le parece largo, piense que en realidad solo representa una gota de agua en el océano de su carrera.
Es normal ponerse nervioso, cuanto mejor se prepare, menos se producirá esta situación. Es el mejor truco al que puede recurrir.
Fuente: https://www.lcieducation.com/
