Por segundo año consecutivo, 8 de cada 10 empresas afirman tener dificultades para encontrar los profesionales que necesitan, la cifra más alta de la serie histórica.
El desajuste de talento ha sufrido un crecimiento agudo y ha pasado de ser casi inexistente, 3% hace 10 años, a afectar a la amplia mayoría de las empresas.
Por segundo año consecutivo, las empresas afirman tener dificultades para incorporar a los perfiles que necesitan para cubrir las oportunidades profesionales que ofertan. Según datos del estudio ‘Desajuste de talento 2023’ de ManpowerGroup, se mantiene en máximos históricos, alcanzando a 8 de cada 10 empresas, igualando el registro que se mostraba en 2022. Se trata, además, de la cifra más alta la última década. La incidencia de la diferencia entre lo que el mercado del empleo oferta y lo que buscan las empresas se ha ido incrementando de forma cada vez más aguda.
Una cuestión de capacidades técnicas y habilidades blandas
El desajuste de talento muestra un desfase entre los perfiles que demandan las empresas para atender a sus necesidades y las capacidades que tienen los candidatos para cubrirlas. Entre las competencias técnicas, las más requeridas por las empresas son, por volumen, IT y data, ingeniería, atención al público, manufactura, ventas y marketing.
Por su parte, las habilidades blandas juegan un papel creciente y se han vuelto especialmente relevantes en los últimos años. Entre éstas, y de más a menos demandadas, están la resiliencia y adaptabilidad, la capacidad de trabajar en equipo, la fiabilidad, la habilidad para resolver problemas y la proactividad.
Las estrategias de las empresas para reducir la brecha de talento
Entre las estrategias que ponen en marcha las empresas para atraer y fidelizar a los profesionales que necesitan, la flexibilidad se posiciona como un factor clave que utilizan más de la mitad de las compañías. El valorar fuentes alternativas o que no se utilizaban previamente para acceder a candidatos es la siguiente medida más utilizada, por un 32% de los consultados. Las mejoras económicas como el incremento de salarios (24%) o los signing bonus o primas por cambiar de empleo (21%) y, finalmente, la automatización de los procesos de selección (20%) son las otras principales medidas puestas en marcha como recurso para la captar y mantener el talento.
Por su parte, entre las medidas que las compañías ponen en marcha para cerrar la brecha de talento existente, destaca ampliamente la apuesta por la formación, pues el 68% de las empresas tiene programas de reskilling y upskilling. La contratación de nuevos perfiles es otra de las tácticas más usadas (48%), seguido de la inversión en consultoría externa y/o la contratación de perfiles -autónomos expertos- para proyectos (37%) y, finalmente, la inversión en tecnología (34%).
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