Vivimos la era tecnológica más democrática de la historia, en donde una startup formada por dos jóvenes tiene la misma capacidad que una gran compañía trasnacional. Esto se debe en gran parte a la democratización de la nube y la forma de trabajar colaborativa que las nuevas generaciones llevan como bandera en este mundo altamente competitivo.
Las startups, que nacen con grandes ventajas como hacer que lo digital sea un aliado potente y el no tener limitaciones corporativas típicas que se interpongan en su camino, han hecho que su agilidad para innovar y la rapidez con la que se montan en las nuevas tecnologías, sean factores que hoy las empresas más grandes buscan imitar.
Es esta flexibilidad tan característica del ecosistema emprendedor lo que ha hecho -además- que se generen nuevos empleos que antes ni siquiera alcanzábamos a ver. La importancia de los emprendedores como los generadores del autoempleo en un mundo en el que la tecnología está replanteando los trabajos no debe escapar de nuestras vistas.
Los avances tecnológicos que vemos día a día, como la Inteligencia Artificial, conducirán a formas de trabajo renovadas y es la generación de los emprendedores “digitalmente nativos” la que replanteará las fuerzas de trabajo y el cómo éstas se relacionan con la tecnología.
Un estudio liderado por el IBM Institute for Business Value, que recopila la opinión de 15,000 jóvenes entre 13 y 21 años -residentes en 16 países de todos los continentes-, encontró que esta generación que aprendió a hacer clic antes de hablar y que ingresará a la universidad con una gran ventaja, representa un valor emergente de 44,000 millones de dólares.
¿Se imaginan el poder que tiene esta generación que hoy está dedicando sus mejores años a innovar y a crear? ¿Han pensado en la forma en que están cambiando el cómo percibimos y construimos los nuevos empleos?
Y me quiero detener un minuto aquí para reflexionar en las startups que han surgido como proyectos de universidad o aquellas que son en realidad el primer empleo de sus creadores. Hoy los jóvenes emprendedores han dejado atrás el querer una carrera profesional en el mundo corporativo para lanzarse a crear, a emprender una, otra y las veces que sea necesario hasta consolidar los proyectos de sus sueños.
Porque si algo sabemos de cierto es que sueñan en grande y se autoeducan para desarrollar las habilidades que estos sueños les exigen. Cada vez es más frecuente ver a desarrolladores, programadores y codificadores menores de 20 años aprendiendo en plataformas digitales. No en una universidad o una clase específica, sino en línea, a través de videos que suben jóvenes de la misma o menor edad. El futuro está en ellos y en cómo abrazan las nuevas tendencias para especializarse sin ambición de un título.
Sabemos que en 10 años, todo el mundo será un desarrollador o un ingeniero de software y el idioma del mundo será el código. Los desarrolladores son los nuevos tomadores de decisiones.
La naturaleza del trabajo está cambiando y necesitamos comprender cómo adaptarnos y aprender nuevas habilidades de trabajo. Tal vez hoy todos tendremos que ser más emprendedores y capaces de construir nuestros propios negocios, adoptar una forma diferente de pensar y romper con lo tradicional para dar un paso adelante en la conquista de las nuevas habilidades.
En los últimos años, IBM ha puesto al alcance de todas las startups con menos de cinco años en el mercado, sus servicios de infraestructura y plataforma en la nube a través de su Programa Global para Emprendedores (GEP) brindando un apoyo de hasta $250 mil dólares en créditos a ser utilizados en su nube abierta a fin de poder ser usados desde tecnologías tradicionales hasta tecnologías de punta como servicios de Internet de las Cosas (IoT), Blockchain y Watson, entre muchos otros.
Fuente: https://www.entrepreneur.com