¿Qué es el ‘offshoring’ y cómo puedo aprovecharlo para mi negocio?

Algunas empresas, grandes y pequeñas, deciden desplazar parte de sus procesos a otros países o recurrir a empresas ubicadas en otros territorios.

Desde finales de los años ochenta, en el mundo de las empresas se viene escuchando un término con más o menos frecuencia que tiene que ver con la globalización. Hablamos del offshoring, un concepto proveniente de EEUU que en muchos casos se utiliza como un sinónimo del outsourcing o externalización de servicios, pero que no es exactamente lo mismo.

En el offshoring normalmente una compañía realiza la deslocalización de parte de sus procesos a otro país. Puede tratarse de la unidad productiva, el área de TI, la contabilidad, las finanzas, la atención al cliente, etc. “En general se concibe como cuando prestas un servicio desde ubicaciones lejanas”, explica para BYZness Marcos Navarro Alcaraz, presidente de GSA Spain (Global Sourcing Association España), asociación sin ánimo de lucro que pretende la mejora de la práctica en la gestión y provisión de servicios de outsourcing.

“El offshoring partió de EEUU hacia Europa, principalmente en los países del Este. Pero según fue subiendo el nivel de vida se extendió en otros lugares, como China, India, Filipinas, etc. Ahora, cuando se habla de offshoring, si es en temas manufactureros se piensa en China y si es en temas relacionados con procesos o tecnología se piensa en India. En el caso de España los territorios offshore suelen ser países latinoamericanos”, aclara Navarro. 

¿MISMA EMPRESA O EMPRESA DE TERCEROS?

El offshoring puede realizarse de manera interna o de manera externa. Una organización puede trasladar una unidad o llevar uno de sus departamentos a otro lugar del planeta, pero también se da el caso de que se recurra a una empresa local para realizar dichas tareas (esto está más asociado al outsourcing). Por poner un ejemplo claro tenemos a Apple, que diseña sus dispositivos en EEUU y tiene sus oficinas centrales en Cupertino, pero deja la fabricación y el ensamblaje de sus equipos a una compañía ubicada en China.  

Sin embargo, los límites entre una y otra opción no siempre están tan claros. Existen fórmulas intermedias que dificultan la categorización. “Es posible que haya entramados societarios. Se pueden crear terceras empresas que serían de su propiedad, pero no de la matriz. Esto se hace por temas societarios y fiscales”, matiza Navarro. A veces, incluso se forman sociedades de venture capital para dichos efectos

Los motivos por los que una empresa puede practicar el offshoring son diversos. El más evidente sería el intentar aprovecharse de menores costes de producción o de personal o de las ventajas fiscales que presenta un determinado territorio. Pero existen otros, como sacar partido al talento en una determinada zona (puestos técnicos), la cercanía a las materias primas, la mayor especialización, etc.

El sector que, probablemente, recurre al offshoring con mayor frecuencia es el manufacturero. China se lleva la palma como proveedor. En estos casos no solo tiran de él grandes corporaciones. También hay compañías más modestas, como pymes o startups, que suelen buscar socios en el país asiático para realizar su producción.

DESVENTAJAS DEL ‘OFFSHORING’

¿Tiene algún inconveniente el offshoring? Puede suponer algunos. El presidente de GSA Spain menciona “el compromiso de volúmenes”, que se refiere principalmente a la necesidad de encargar una cifra alta de unidades. Cuando se recurre a una empresa de otro país para externalizar la producción el inconveniente sería este, sobre todo. En su momento lo era el transporte, pero ya no lo es tanto porque “la logística ha reducido mucho los tiempos y las entregas ya se pueden hacer en pocos días”. 

En el caso del BPO (outsourcing de procesos de negocios) a otros países, las empresas se pueden topar con varios problemas. “Las diferencias culturales y las diferencias horarias pueden ser una traba. No suelen influir mucho, porque en estos casos se suelen dar servicios 24×7”, señala el experto. “Hablamos de departamentos de atención al cliente, que se llevan desde España a países latinoamericanos o desde países anglosajones a la India. A algunos usuarios las diferencias culturales o del idioma les producen algo de rechazo en estos casos”. 

Otro posible inconveniente de dejar un proceso en manos de un tercero de otro país (pertenezca a la organización o no) es sufrir cierta pérdida de control. “Uno de los principios del outsourcing en general es que no externalices algo que no tengas bajo control. Debes saber qué haces y qué te cuesta”, aconseja. “Es uno de los riesgos básicos. Los procesos de externalización no se pueden tomar a la ligera. Hay que hacerse unas cuantas preguntas antes”. 

¿ES ESPAÑA UN DESTINO ‘OFFSHORE’?

Como hemos visto, España suele escoger algunos países de Latam para su particular offshoring, pero ¿es nuestro país a su vez un lugar de destino para esta práctica? El presidente de GSA Spain aclara que “desde el inicio de la crisis y su consiguiente caída de salarios no se puede decir que España se haya convertido en un destino offshore, pero sí nearshore. es decir, ofreciendo servicios que se prestan a países cercanos, de Europa o Reino Unido”. 

Además, Navarro cuenta que “en estos últimos años sí que ha ocurrido que empresas que hacían offshoring en Latinoamérica han trasladado esos servicios a España, para romper esa barrera un poco cultural y porque los costes en nuestro país se han reducido”.

Fuente: https://byzness.elperiodico.com/

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